1. Lava antes del primer uso: Desarma el dispensador y limpia cada pieza con agua tibia y jabón suave para eliminar residuos de fábrica. Enjuaga bien y seca completamente.
2. Llena el depósito con agua fresca: Retira el depósito, colócalo boca abajo, abre la tapa y vierte agua potable limpia hasta el tope. Cierra la tapa herméticamente.
3. Coloca el depósito en su base: Da vuelta el depósito lleno y encájalo con cuidado en la base. El agua comenzará a fluir automáticamente por gravedad.
4. Ubícalo en un lugar estable: Pon el dispensador en una zona plana, segura y de fácil acceso para tu mascota. Evita zonas con sol directo o corrientes de aire.
5. Verifica y rellena cuando sea necesario: Gracias al tanque transparente, puedes ver fácilmente cuándo es momento de rellenar el agua. Limpia al menos una vez por semana para mantener la higiene.